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Exposición del Santísimo

by santaeulalia
Exposición

La adoración al Santísimo Sacramento: un encuentro que transforma el corazón y haciendo de Jesús Eucaristía el centro de nuestra vida

En medio del ritmo acelerado del mundo actual, donde el ruido y las preocupaciones parecen adueñarse del alma, la adoración a Jesús Eucaristía se presenta como un oasis de paz, silencio y amor. En la Exposición del Santísimo Sacramento, los fieles se reúnen para contemplar a Cristo presente verdaderamente en la Eucaristía. No es un simple símbolo ni una evocación: es el mismo Jesús que, bajo las especies del pan, permanece con nosotros, fiel a su promesa de estar “todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).

Un encuentro cara a cara con el Amor

Adorar a Jesús Eucaristía es mucho más que una devoción piadosa; es una cita de amor con el Dios vivo. Es encontrarse cara a cara con el Amigo que nunca falla, con el Maestro que enseña en silencio, con el Salvador que entrega su vida por amor. En ese momento íntimo ante el Santísimo, el alma se abre a la gracia, se purifica y se fortalece.

La Exposición del Santísimo es un tiempo privilegiado para estar con Él. En la custodia, el Señor nos mira con ternura y nos invita a mirar con los ojos del corazón. En el silencio de la adoración, descubrimos que no se trata tanto de hablar, sino de dejarse mirar y amar por Aquel que conoce lo más profundo de nuestro ser.

Frutos de la adoración

Dedicar un tiempo a la adoración eucarística produce innumerables frutos espirituales. No es un acto vacío ni un gesto rutinario, sino una experiencia viva de encuentro con Dios. Entre los muchos beneficios de la adoración al Santísimo, destacan los siguientes:

  1. Reconocer la presencia real de Jesús.

En la adoración, nuestra fe se renueva al contemplar el misterio de un Dios que se queda realmente presente en el pan consagrado. Es el mismo Cristo que caminó por Galilea, que curó enfermos, perdonó pecadores y entregó su vida por amor a la humanidad.

  1. Fortalecer la vida interior.

En la intimidad con el Señor, el corazón encuentra serenidad y sentido. La oración ante el Santísimo ayuda a discernir, a sanar las heridas del alma y a renovar el compromiso de vivir como verdaderos discípulos de Cristo.

  1. Orar por nuestras intenciones, por la Iglesia, por las vocaciones sacerdotales y religiosas y por el mundo.

La adoración no se encierra en uno mismo, sino que se abre a los demás. Ante Jesús Eucaristía, llevamos las alegrías y dolores de nuestras familias, de los enfermos, de los pobres y de toda la humanidad. Es un acto de amor intercesor que eleva nuestras súplicas al Padre.

  1. Responder al amor de Dios.

Adorar es responder. Jesús se ha quedado con nosotros en el Sacramento del altar, y la adoración es la forma más pura de agradecer su presencia. Es un gesto de amor y fidelidad al Amor que nunca se cansa de esperarnos.

Como nos recuerda el Evangelio, “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11, 28). En la adoración al Santísimo, estas palabras cobran vida: quien se acerca con fe, encuentra descanso, consuelo y esperanza.

Cómo vivir un momento de adoración

No se necesita mucho para vivir profundamente un tiempo ante el Señor. Lo esencial es abrir el corazón y dejarse amar. Algunos pasos sencillos pueden ayudarnos a disponernos mejor a la gracia del encuentro:

  1. Entrar en silencio.

Al llegar al templo, deja fuera las distracciones y preocupaciones. Haz una genuflexión, reconociendo la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

  1. Saludar interiormente al Señor.

Háblale con sencillez. Dale gracias por su amor y por la oportunidad de estar junto a Él.

  1. Orar y escuchar.

Puedes rezar con tus propias palabras, meditar un texto bíblico, rezar el rosario o simplemente permanecer en silencio. En ese silencio lleno de fe, el alma escucha la voz de Dios.

  1. Despedirse con gratitud.

Antes de marcharte, da gracias al Señor por los dones recibidos. Él siempre deja huella en el corazón que lo busca sinceramente.

Un encuentro semanal con el Señor

En la Iglesia Nueva de Santa Cruz, cada jueves a las 19:30 hh., se celebra la Exposición del Santísimo Sacramento. Es un espacio abierto a todos los que desean acercarse a Jesús Eucaristía, adorarlo y dejarse transformar por su presencia viva.

Participar en este momento de adoración no solo fortalece la fe personal, sino que también une a la comunidad en torno al centro de su vida: Cristo presente en la Eucaristía. Allí, el Señor renueva a su pueblo, consuela a los cansados, da esperanza a los que sufren y enciende en cada corazón el fuego del amor divino.

La adoración al Santísimo no es una práctica del pasado, sino una necesidad del presente. En un mundo sediento de amor y verdad, Jesús Eucaristía sigue siendo el centro, la fuente y la meta de nuestra vida cristiana. Adorarlo es reconocer que solo en Él encontramos la paz verdadera, la fuerza para amar y el sentido profundo de nuestra existencia.

“Jesús Eucaristía, centro de nuestra vida.”

Que cada visita ante el Santísimo sea una oportunidad para renovar nuestra fe, fortalecer nuestro espíritu y salir al mundo como testigos del Amor que se queda con nosotros.

Lugar: Iglesia nueva de Santa Cruz
Día: Todos los jueves
Hora 19:30 hh.

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