La Pastoral Vocacional es, sin duda, una acción esencial en la vida de la Iglesia. En el momento presente, marcado por tantos desafíos y cambios, sentimos la urgencia de renovar nuestro compromiso con esta misión. No es tiempo de lamentos, sino de confianza y acción. Es tiempo de “rogar al Dueño de la mies que envíe obreros a su campo” (Mt 9,38) y, con valentía, de colaborar con Él para que esa petición se haga realidad.
El papa Benedicto XVI, en la Vigilia de Oración en Cuatro Vientos (Madrid, 20 de agosto de 2011), recordaba con ternura y profundidad:
“¡Qué hermoso es saber que Jesús te busca, se fija en ti y con su voz inconfundible te dice también a ti: ¡Sígueme! (Mc 2,14)… Para descubrir y seguir fielmente la forma de vida a la que el Señor os llame a cada uno, es indispensable permanecer en su amor como amigos”.
Tareas para este curso pastoral
En nuestra comunidad, asumimos con ilusión el compromiso de presentar la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada en todos los ámbitos posibles:
• En la catequesis de comunión, a través del testimonio y la enseñanza del Catecismo.
• En el grupo de monaguillos, fomentando la cercanía al altar y el amor al servicio litúrgico.
• En el grupo joven, mediante el diálogo, la oración y la reflexión vocacional.
Queremos sembrar la pregunta que el Señor sigue haciendo a cada corazón:
¿Y tú? ¿Por qué no?
Orar por las vocaciones
Cada Jueves Eucarístico, nuestra oración comunitaria incluirá la intención que el mismo Jesús nos pidió:
“La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9,36).
Como decía también Benedicto XVI en su encuentro con los sacerdotes en Freising (14 de septiembre de 2006):
“Pedir eso al Dueño de la mies significa ante todo orar por ello, sacudir su corazón, diciéndole: ‘Hazlo, por favor. Despierta a los hombres. Enciende en ellos el entusiasmo y la alegría por el Evangelio. Haz que comprendan que este es el tesoro más valioso que cualquier otro, y que quien lo descubre debe transmitirlo’”.
El testimonio que inspira
Durante este curso, contaremos con la visita del Seminario Mayor y Menor, ocasión privilegiada para conocer de cerca la vida de los seminaristas, su alegría y su entrega. Su testimonio será semilla de esperanza en nuestra comunidad.
Además, tres celebraciones nos invitarán especialmente a reflexionar sobre la vocación sacerdotal:
• Jueves Santo, memoria del sacerdocio ministerial.
• Domingo del Buen Pastor, día mundial de oración por las vocaciones.
• Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, signo del amor pastoral de Cristo.
Una tierra de vocaciones
Nuestra tierra ha sido bendecida con una rica tradición vocacional. En los últimos años, la parroquia de Santa Eulalia de Liáns ha visto ordenarse a dos sacerdotes —D. Carlos Miramontes y D. Enrique Alonso— y a un diácono permanente, D. Agustín Pérez.
Asimismo, Juan Manuel Montenegro, joven de la misma comunidad, cursa actualmente el 4º año de Estudios Eclesiásticos y, si Dios quiere, será ordenado sacerdote en un futuro próximo. Junto a él, Félix Méndez se prepara para recibir el Diaconado Permanente.
Y no podemos olvidar a María, que hace unos años respondió al llamado del Señor y abrazó la vida religiosa, recordándonos que la vocación es un don abierto a todos los carismas que el Espíritu suscita.
Un compromiso de toda la comunidad
La Pastoral Vocacional no es tarea de unos pocos. Toda la Comunidad Cristiana está llamada a ser sensible a esta necesidad. Debemos confiar y esperar, pero también orar y trabajar para que el Señor siga concediendo el don de las vocaciones.
Que cada familia, grupo y parroquia se conviertan en tierra fértil donde el Señor siga pronunciando su llamado:
“¡Sígueme!”
