Este sábado llegó a la Catedral compostelana la Luz de Belén, convirtiéndola este Año Santo en el epicentro de un acto de acogida y envío de esta luz, proveniente de la gruta de la Natividad, desde donde se distribuirá a todos los rincones de España, bajo el lema “ Exista la luz”
Esta iniciativa comenzó en 1986 a instancias de los trabajadores de una emisora de radio austríaca como una campaña de ayuda solidaria.
Encendida por un niño en el lugar del Nacimiento de Jesús, la luz de la paz llega a millones de hogares en todo el mundo cada año como un símbolo de la paz en la tierra a los hombres de buena voluntad que vino a traernos El Salvador.
Se nos invita a acoger la “Luz de la Paz de Belén” nos lleva a acoger a Jesús mismo, que es la luz del mundo y a encontrarnos personalmente con Él, que viene a iluminar nuestra existencia y nuestro mundo
Como nos recuerda el Papa Francisco en la Carta Encíclica Lumen Fidei: “quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino”. Porque la fe puede liberarnos de la oscuridad y hacernos más fuertes, especialmente en momentos de incertidumbre como los que vivimos.