El Catedrático de Derecho Administrativo y Profesor de la Facultad de Comunicación Audiovisual de la Universidad de A Coruña, Francisco Javier Sanz Larruga, disertó en la sede social de la Parroquia sobre las claves del Papa Francisco para comunicar la fe católica. “La Iglesia en salida” es uno de los “leit motiv” de la predicación del Pontífice que anima a los miembros de la Iglesia Católica a no quedarse encerrados tras los muros de los templos, sino que les impulsa a salir a las “periferias” para enviar el mensaje de Cristo a las personas que abandonaron la práctica religiosa o nunca oyeron hablar de la fe cristiana.
Otra de las claves es la de “volver a lo esencial” de la fe cristiana, del atractivo de la vida de Jesucristo y del esplendor de la verdad, frente a los mensajes negativo o defensivos que han caracterizado algunas reacciones eclesiales ante determinadas controversias sociales. Y para recuperar la credibilidad de la Iglesia y de la fe, los católicos deben de practicar ejemplarmente el amor preferencial por los pobres y necesitados (los “descartados” según la denominación del Pontífice).
A la hora de exponer el mensaje cristiano todos los canales de comunicación son idóneos, sin descuidar el uso de las múltiples aplicaciones informáticas y las redes sociales. De hecho el Papa utiliza habitualmente “twitter” para comunicar sus mensajes cortos pero incisivos que siguen más de treinta millones de personas en todo el mundo. El mensaje deber ser presentado, en todo caso, de forma transparente, buscando palabras sencillas y claras, pensando el destinatario del mensaje, en sus intereses y preocupaciones.
La “nueva evangelización” de la que nos habló, al inicio del milenio, el Papa San Juan Pablo II y la comunicación de la “alegría del Evangelio” en la que incide el Papa Francisco, pasa por vincular la acción evangelizadora con los problemas de la Iglesia y del mundo, trascendiendo el plano meramente individual o subjetivo. Por tal motivo, la tragedia de los inmigrantes, la crisis ecológica o el conflicto palestino no permanecen al margen de la preocupación y acción de los cristianos.
Al final, siendo el mensaje cristiano –centrado en dar a conocer a la persona de Cristo y en que “Dios es Amor”- un tesoro abierto a toda la humanidad, solo está acreditado verdaderamente cuando quien lo comunica (el mensajero) lucha por ser coherente con tal valioso mensaje. Y, en este trascendental aspecto de la comunicación de la fe nadie duda de que el Papa Francisco es un formidable ejemplo: primero hace y luego dice.