La Iglesia dedica el siguiente domingo después de Pentecostés a la Santísima Trinidad, uno de los «misterios escondidos en Dios, -que como dice el Concilio Vaticano II-, si no son revelados, no pueden ser conocidos»
¿Quién puede comprender y explicar los misterios de Dios? Se llaman misterios precisamente porque no pueden ser comprendidos por nuestra pequeña inteligencia.
Y, aun después de la Revelación, la Trinidad es el misterio más profundo de la fe, que el entendimiento por sí solo no puede comprender ni penetrar.
¿EN QUÉ CONSISTE ?
Sabemos que hay UN SOLO DIOS, en tres personas distintas entre sí, no por su naturaleza -que es la divinidad misma- sí por su obrar en la historia de la salvación.
Si bien ningún cristiano negará la importancia de la Trinidad, es saludable preguntarse siempre si su importancia tiene el impacto que debería en nuestras vidas.
Tres personas que son un solo Dios, pues el Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu es amor. Dios es todo amor y sólo amor y a eso estamos llamados: a amar y ser amados