SALUDA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
Al acercarse la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, quisiera hacer un guiño a unas palabras del recordado Papa Francisco que pronunció en el Santuario portugués de Fátima en 2023, año de la JMJ de Lisboa. Me quedó muy grabado su cariño a la Santísima Virgen y os lo quisiera transmitir. Se trataba de un encuentro del Papa con enfermos y acababan de rezar juntos el Rosario. “El Rosario es una oración bella, llena de vida, porque nos pone en contacto con la vida de Jesús y de María.” Eso es lo que subrayo siempre a mis feligreses cuando les recomiendo esta devoción mariana: el Rosario nos hace mejores discípulos de Cristo bajo la mirada atenta y cariñosa de la Virgen.
Continuaba el Papa Bergoglio: “La Iglesia solamente puede ser un hogar lleno de gozo”. La Capelinha de Fátima le parecía una buena imagen de la Iglesia: pequeña, acogedora, sin puertas,para que todos puedan entrar. “Es la casa de la Madre y una madre siempre tiene las puertas abiertas para que entren sus hijos; todos, sin excepción.” Me encantaría que convirtiésemos nuestra parroquia y nuestros hogares en ese lugar acogedor que el Papa veía allí, después de rezar el rosario junto a los más vulnerables. El mundo necesita ese calor de hogar y desde aquí podemos aprenderlo, vivirlo y practicarlo de la mano de Nuestra Señora, la Virgen del Rosario.
Después aludió a otra imagen que tiene que ver con el segundo misterio gozoso del Santo Rosario: “La Virgen que sale corriendo”. Recordaba cómo María se afana, “apura”, para acudir junto a su prima Isabel y ayudarla en lo que necesitase. “Cada vez que hay un problema, cada vez que la invocamos, no tarda. Viene. Se apura.” Y con su habitual “chispa” de humor la llamaba cariñosamente: “Nuestra Señora apurada”. Como cristianos, conviene que no olvidemos que María no se esconde nunca. Ni siquiera después de la Resurrección, cuando todo podría parecer terminado, “solucionado”, o “victorioso”. O que “ya no iba con ella”. Las dificultades de los primeros componentes de la naciente Iglesiacrecían y necesitaban ayuda. María acompañó a esos discípulos.
“Nunca es protagonista. Primero acoge y después señala a Jesús.” María dirige nuestros pasos al seguimiento de su hijo: “haced lo que Él os diga”. Nos sentimos acogidos por el amor cariñoso de una Madre, durante las fiestas de Nuestra Señora del Rosario. Y todo el año. A veces, María se hace presente de una manera especial para que muchos corazones incrédulos se abran a Jesús. “Jesús nos ama hasta el punto de identificarse con nosotros y nos pide que colaboremos con él.” Me gusta imaginar así a la Santísima Virgen: señalándonos, en el caminar de cada una de nuestras vidas, la senda de la colaboración con Jesús.
Concluía Su Santidad, sus improvisadas palabras cargadas de afecto: “Quisiera que hoy mirásemos la imagen de María y que cada uno piense: ¿Qué me dice María como Madre? ¿Qué me señala con el dedo?” A Jesús, siempre. Y tal vez junto con Él, encontraremos “alguna cosita que en el corazón no funciona bien”. He ahí un buen propósito para trabajar después del encuentro con la Virgen del Rosario. “Madre, ¿qué me estás señalando a mí? ¿Qué hay en mi vida que te preocupa, te conmueve, te interesa y tú nos señalas? Y el Papa dejaba para el final una bella consideración: “María le señala a Jesús el corazón de cada uno de nosotros.” Como diciéndole: “Haz lo que te está pidiendo, Jesús.” ¡Cuántas cosas lleváis en esos corazones, queridos feligreses! María lo sabe. A Ella os encomiendo. ¡Felices fiestas!
Fiestas del Rosario en Dorneda
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