La rutina en Cuaresma parece no cambiar: recibir la ceniza, asistir al viacrucis, no perderme el domingo de Ramos, estar presente el jueves santo para presenciar el lavatorio de los pies, ver alguna procesión, acudir el viernes santo al viacrucis y, finalmente, el sábado de gloria para recibir la bendición del agua y las candelas. Si aún me queda energía, tal vez participe en la procesión del Resucitado de madrugada, y así, después de todo, espero con ansias la próxima Cuaresma.
¿No te resulta monótono vivir una Cuaresma tan predecible? Quizás, lo que falta en ella no sea algo, sino alguien. Porque esa no es una Cuaresma verdaderamente vivida con Jesús.
La verdadera esencia de este tiempo radica en encuentros genuinos y frecuentes con quien le da sentido: JESÚS. ¿Qué tal dedicar 40 días a la Adoración Eucarística? Esa sería una Cuaresma profunda y transformadora, pasándola a los pies del Maestro, escuchando su voz en la serenidad del corazón que nos guía hacia la Cruz. No podemos asumir el peso de nuestra cruz diaria sin comprender su significado; Jesús lo hizo porque vivía cada día en unión con su Padre a través de la oración. Así, abrazó la cruz con amor y nos otorgó la redención.
En nuestra vida, todos hemos enfrentado momentos de dolor, algunos marcados por la incomprensión que nos impide sanar. Hoy, en esta Cuaresma, Dios nos brinda una oportunidad única para reflexionar sobre nuestro pasado y presente, para perdonar, pedir perdón y también perdonarnos a nosotros mismos. ¿No crees que es tiempo de sanar esas heridas?
Jesús nos espera en el Sagrario, no para juzgar, sino para curar las heridas que nos dejó un camino equivocado y darnos la fuerza para empezar de nuevo, resurgiendo junto a Él. Después de vivir estos 40 días en su compañía y comprender el verdadero propósito de nuestra cruz, podremos acompañarlo desde el corazón en cada celebración de la Semana Santa.
Así que en esta Cuaresma, el llamado a rezar frente al Santísimo cobra aún más significado. En la Iglesia nueva de Santa Cruz, cada jueves después de la Misa, Jesús te espera en la custodia. Tómate un momento para detener tu día, deposita tus preocupaciones en Él y… ¡Anímate a vivir una Cuaresma única, auténtica y llena de verdadero propósito!
Espero que esta versión sea de tu agrado. ¡Qué inspirador es pensar en una Cuaresma más cercana y significativa!
Lugar: Iglesia nueva de Santa Cruz
Día: Todos los jueves
Hora: 19:30 hh.