«El Adviento es un viaje hacia Belén. Que nos dejemos arrastrar por la luz de Dios hecha hombre».
— Papa Francisco
La Corona de Adviento, también llamada Corona de las luces, es uno de los símbolos más característicos de este tiempo litúrgico. El Bendicional la describe como “un signo que expresa la alegría del tiempo de preparación a la Navidad”. Tradicionalmente está formada por cuatro cirios, que se encienden progresivamente en cada uno de los domingos de Adviento, aunque en algunos lugares se añade un quinto cirio para la Nochebuena.
La luz de las velas representa a Cristo, Luz del mundo, y su encendido gradual simboliza el avance hacia la plenitud luminosa de la Navidad. El verde de la corona, por su parte, evoca la vida y la esperanza, signos propios de este tiempo de espera confiada.
Un signo con raíces antiguas
El origen de la corona de Adviento se sitúa en Alemania, aunque su datación exacta es incierta. Investigadores señalan que los pueblos germánicos precristianos encendían velas alrededor de coronas vegetales durante los meses más oscuros, como anuncio del regreso de la luz en primavera. Con el tiempo, esta costumbre fue reinterpretada desde la fe cristiana y, ya en la Edad Media, se transformó en un símbolo de preparación al nacimiento de Cristo.
Hacia el año 1600, tanto comunidades católicas como luteranas utilizaban ya la corona de Adviento de manera más formal. La tradición se extendió posteriormente por Europa y, finalmente, por toda la Iglesia occidental.
Un símbolo rico en significado
La forma circular de la corona recuerda el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin. Los materiales tradicionales —ramas de árboles perennes como el pino o el abeto— evocan la eternidad de Dios y la esperanza que permanece incluso en los momentos más fríos y oscuros del año. Aunque hoy existen muchas versiones creativas de este símbolo, todas conservan su esencia: preparar el camino para la venida de la Luz del mundo, Jesús.
La corona también puede convertirse en una hermosa actividad familiar en los días previos al Adviento. Sus cirios, del mismo color o combinados, pueden encenderse en un momento de oración sencilla o en el marco de la liturgia de las horas. Para su bendición, el Bendicional propone una oración que resume el sentido profundo de este tiempo, pidiendo a Dios que nos ilumine con la luz creciente de Cristo mientras avanzamos hacia la Navidad.
Una invitación para los hogares
Así como la tradición de montar el belén está firmemente arraigada en muchos hogares, desde la UPA Lians–Perillo–Nos–Dorneda se anima a todas las familias a colocar también una Corona de Adviento. Este signo sencillo recuerda cada día que el Señor está cerca, que Jesús viene y desea nacer en el corazón de cada persona.
