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28 mayo, 2019

Lectura del santo evangelio según san Juan 16,12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará.»
Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús
Meditación
El ambiente de intimidad y despedida que marcaba la Última Cena muestra al Señor animando a sus discípulos; se hace responsable del dolor y del desconcierto de los suyos, sabiendo que la formación del carácter de discípulos no se ha terminado y por eso, es necesario que el Espíritu los conduzca a la verdad plena. ¿cuál es esa Verdad plena?
Los Apóstoles han vivido la experiencia con el Maestro, tienen en su memoria los signos y las enseñanzas que han ido adquiriendo. Tres años caminando con él, compartiendo los secretos de su corazón. Y así han llegado a un momento crucial; en la subida a Jerusalén han recibido un triple anuncio de la pasión y muerte del Señor que ellos no entienden, ahora escuchan unas palabras marcadas por un carácter de despedida. Vivirán el acontecimiento del Calvario y no lo comprenderán, su corazón quedará abatido y el proyecto con el Maestro se cree fracasado.
Entonces, resuena un anuncio: “El Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena”. Luego del acontecimiento de la resurrección del Señor se cumplió esta promesa: “Y todos fueron llenos del Espíritu Santo” se les abrió el entendimiento y comprendieron lo que se les había dicho. De esta manera, fueron confirmando en su interior la novedad de la fe: Jesucristo es el Señor, con su muerte y su resurrección nos ha dado la vida nueva, la salvación. En él somos nuevas creaturas ungidas por el Espíritu. En él somos hijos amados por Dios y capacitados para ser testigos de su amor entre los hermanos. Recordemos lo que nos ha dicho el Señor: el Espíritu Santo nos consuela y defiende (Jn 14,16), nos comunica la verdad (Jn 14,17), nos hace recordar lo que Jesús enseñó (Jn 14,26), nos capacita para entender el significado pleno de las palabras de Jesús (Jn 14,26), nos conduce a la libertad plena, como dice san Pablo: “Donde hay el Espíritu del Señor, ahí hay libertad”, (2Cor 3,17) y nos convoca haciéndonos testigos del Señor resucitado en el mundo.
Dice el Papa Francisco: “El Espíritu Santo unge. Ha ungido interiormente a Jesús, y unge a los discípulos, para que tengan los mismos sentimientos de Jesús y puedan así asumir en su vida las actitudes que favorecen la paz y la comunión. Con la unción del Espíritu, la santidad de Jesucristo se imprime en nuestra humanidad y nos hace capaces de amar a los hermanos con el mismo amor con que Dios nos ama. Por tanto, es necesario realizar gestos de humildad, de fraternidad, de perdón, de reconciliación. Estos gestos son premisa y condición para una paz auténtica, sólida y duradera. Pidamos al Padre que nos unja para que seamos plenamente hijos suyos, cada vez más conformados con Cristo, para sentirnos todos hermanos y así alejar de nosotros rencores y divisiones, y poder amarnos fraternamente”.
Acojamos esta palabra que el Señor nos confía y dejémonos conducir por el Espíritu Santo para vivir en la verdad y así hacer fructificar el don de la fe.
P. John Jaime Ramírez Feria

28 mayo, 2019
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Después de dos años de preparación de catequesis los Paula y Eva ya estaban preparadas para celebrar los sacramentos de la penitencia y la eucaristía. Junto a sus familiares, catequistas y sacerdotes, celebraron con gozo a Jesús Eucaristía, que por vez primera lo recibían.

Contentas y alegres, participaron en la Eucaristía en honor de la Virgen de las Flores que el último domingo de mayo se celebra la parroquia de San Martín de Dorneda.

Tal como les recordó el sacerdote en la homilía Esperamos que sigan en nuestra comunidad parroquial donde recibirán formación de distinta manera formando parte del grupo de Post-Comunión. Damos la enhorabuena a todos los padres y familiares que hacen posible que nuestra labor siga adelante. Que el Espíritu de Dios siga transformando sus vidas.

28 mayo, 2019
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Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 5-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?” Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré. Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»

Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús

Meditación
Continuamos la meditación del discurso de despedida de Jesús recreando aquellas palabras dirigidas a los Apóstoles en la Última Cena y que el Espíritu recuerda a los discípulos de todos los tiempos. En medio de la tristeza que se sentía por la despedida, el Señor anuncia el envío del Defensor, del Paráclito, del Espíritu Santo que los conducirá a la verdad completa.

En el camino pascual que recorremos nos aproximamos a la fiesta de Pentecostés para confirmar, como nos dice el apóstol san Pablo, que no hemos recibido un espíritu de esclavos para recaer en el temor sino el Espíritu que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (cf. Romanos 1, 14-18).

El Señor lo presenta como el Paráclito que significa abogado, es decir, apoyo, asistente. Es quien viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos pedir lo que nos conviene (cf. Romanos 8,26). El Espíritu nos asiste con sus dones: “y reposará sobre él el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor (Isaías 11,2).

El Espíritu Santo es quien nos abre a la fe en Jesucristo, dándonos la certeza de su presencia entre nosotros; es por su poder que el Señor se hace presente en la Eucaristía, es por su poder que la Iglesia vive el ministerio de la reconciliación y del perdón de los pecados; es por su multiforme gracia que la Iglesia está bañada de carismas y servicios. El Espíritu Santo nos hace vivir en alianza con el Dios que nos salva.

Es el Espíritu santo que nos alimenta la esperanza: “La esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado” (Rom5,5). En cristiano movido por el Espíritu vive en la confianza de saberse acompañado, defendido y animado para alcanzar la salvación. Por esto, nos conduce a la relación de intimidad con Dios nuestro Padre y con su Hijo Jesucristo, nuestro salvador.

Es el Espíritu el que nos mueve a vivir la caridad, reconociendo la presencia de Jesús en el prójimo; así nos recuerda las palabras del Señor: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” y “…Cada vez que lo hicieron con uno de estos mis pequeños hermanos conmigo lo hicieron”. Dejémonos conducir por el Espíritu para producir frutos de vida eterna.

P. John Jaime Ramírez Feria

28 mayo, 2019
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