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Evangelio del lunes, 30 de septiembre de 2019

by santaeulalia

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 46-50

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: -«El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mi; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.» Juan tomó la palabra y dijo: -«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.» Jesús le respondió: -«No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro.»

Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Meditación
Jesús coge de la mano a un niño y lo puso en medio de los discípulos para confirmarles quién es el más importante; con este gesto pone de manifiesto el privilegio de ser acogido en la comunidad de creyentes que debe manifestar la grandeza de Dios. Experimentarnos amados y acogidos por Dios y tener disponibilidad interior para acoger la novedad del Evangelio en compañía de los hermanos.

Los apóstoles se quedan en una discusión sobre a quién le corresponderá el primer puesto. Jesús que conoce lo más íntimo del corazón enseña que grande es quien lo acoge con alegría y gratitud, encontrando en su Palabra la mayor motivación para acoger al hermano sin delirios de grandezas o autoreferencialidad.
Ya sabemos lo que nos sugiere este Evangelio: No aspirar a grandezas humanas que excluyan a los otros; antes bien hacernos pequeños en el Señor para encontrar en él no sólo nuestro refugio y seguridad sino también la actitud liberadora de encontrarnos con el hermano sin fingimientos ni categorizaciones.

Leyendo este pasaje del evangelio comenta el Papa Francisco que “el niño es precisamente el signo de la necesidad de ayuda, de docilidad para ir adelante… Este es el camino. No quién es más grande. Los que están más cerca de la actitud de un niño están más cerca de la contemplación del Padre”.

Damos gracias a Dios que nos ha concedido este mes dedicado a la Sagrada Escritura y confirmemos la necesidad de escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios. Un buen propósito para nuestro crecimiento espiritual es el de leer y meditar todos los días textos de la Biblia. También con la confianza de hijos recibimos un nuevo tiempo, octubre, el Mes Misionero Extraordinario. Todos estamos llamados a renovar el don de la fe y así ser testigos del amor de Dios con los hermanos.

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